Desde la alta, profunda y extensa periferia debajo de los rituales sagrados vuelan ciegamente pero consientes, silenciados por una idea plasmada, una única e irracional, masiva, nociva y centrista. Mientras en el medio del progreso se inmolan a valores trillados, disfrazados, a patologías creadas basándose en la solución y a jugar con la existencia mediante círculos blancos de polvo que contraen todas las supuestas respuestas al nuevo mundo. Tenemos nada, somos nada. Solo somos barriletes desplazándose en este vendaval contradictorio y peligroso.
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