Voy recorriendo los deliciosos surcos joviales, los transito
ciegamente hasta golpear mi cuerpo contra un vendaval enérgico. Caigo rendido
mientras con mis dedos a tientas trato de discernir el muro. Intento reaccionar
a tiempo pero ya es tarde.
Una brisa fría atraviesa de manera vertical mi anatomía, sube arrastrándose lentamente hasta cubrir su labor de llenarme. No hay vuelta atrás, puedo percibir el sonido y el color en estos días, pero más puedo sentirlo.
Y es muy tarde, cubrió lo esencial... lo elemental.
Una brisa fría atraviesa de manera vertical mi anatomía, sube arrastrándose lentamente hasta cubrir su labor de llenarme. No hay vuelta atrás, puedo percibir el sonido y el color en estos días, pero más puedo sentirlo.
Y es muy tarde, cubrió lo esencial... lo elemental.
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